Llega el gran relevo generacional: un millón de plazas a oposición en solo diez años

La salida de la crisis y la jubilación de la generación de la Transición aceleran una fase de contratación pública que expertos y altos funcionarios describen como un gran desafío

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PARTE

  • La gerente del Ayuntamiento de Madrid, Carmen Román Riechmann, lo describe como “una angustia total”.
  • El presidente de la Organización de Inspectores de Hacienda, José Luis Groba, teme que “las jubilaciones masivas van a llegar en medio del déficit brutal de funcionarios que arrastramos”.
  • El subdirector del Instituto Valenciano de Administración Pública, Javier Cuenca, cree que vamos a vivir “una época muy parecida a los años 30, un relevo generacional que viene de golpe”.

La preocupación se extiende por prácticamente todas las instituciones españolas: el envejecimiento de las plantillas, unido a las bajas tasas de reposición durante la crisis, aboca al país a una situación complicada que se tendrá que resolver por fuerza en los próximos años. El Estado Plazas funcionarios futura jubilación es complicado.

Según una estimación elaborada por CCOO para El Confidencial, una cuarta parte de los empleados públicos en los estratos estatal, autonómico y municipal se jubilarán antes de una década, dejando cerca de 700.000 puestos vacantes. 

Eso sin contar la consolidación pactada de los 300.000 interinos y de los 300.000 puestos perdidos durante la crisis.

Plazas que, en teoría, habrá que sacar a concurso en convocatorias tan masivas como las de los primeros años de la democracia española.

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A finales de 2015, el gobierno vasco presentó un plan de empleo interno con datos “preocupantes”, en boca del responsable de Recursos Humanos de la Dirección de Función Pública, Mikel Gorriti.

“Vimos que de aquí al 2030, más del 70 por ciento de los ocupantes de los puestos de la Administración General del País Vasco se jubilarán. Vamos a tener que consolidar, incorporar y formar a un montón de gente en un tiempo reducido, para una estructura que, si no se rediseña, se concibió en el año 2000. El reto es importante porque estamos hablando de muchas Plazas funcionarios jubilacion que saldrán a concurso y ofertas de empleo público para una administración que se transformará por los procesos telemáticos y las nuevas necesidades de la ciudadanía”, dice.

Nos dimos cuenta de que la mitad de nuestra plantilla se jubila dentro de 10 o 15 años y que todas las jefaturas de sección se marchan ya. Estado Plazas funcionarios futura jubilación

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La alerta adelantada por el País Vasco se ha ido extendiendo en el último año y medio por el resto de España, sobre todo en la Administración General del Estado y en las autonomías a las que se transfirieron antes las competencias básicas.

“En Valencia encargamos un plan en 2016”, dice Javier Cuenca. “El diagnóstico nos asustó bastante. Nos dimos cuenta de que la mitad de nuestra plantilla se jubila dentro de 10 o 15 años y que prácticamente todas las jefaturas de sección se van a marchar de manera inminente.

La salida de la crisis coincide con la jubilación de la generación del ‘baby boom’ y eso nos obliga a un reclutamiento masivo. Vamos ya contrarreloj”.

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A priori, la creación de miles de plazas debería suponer un alivio en un país con un 18 por ciento de paro y donde los nacidos después de 1980 perciben el empleo público como un privilegio de sus padres. Pero en las instituciones el proceso no se vive precisamente con entusiasmo. Elisa de la Nuez, abogada del Estado y gerente de la Fundación Hay Derecho, es una de las altas funcionarias que ya empieza a imaginar su retiro.

“Que nuestra generación salga no significa que vaya a entrar una nueva”, advierte. “Habrá que ver qué tipo de Estado queremos en el futuro: uno como el actual, uno con menos empleados, uno distinto… Estamos en el momento crucial, en el que esto tendremos que afrontarlo. Hay un montón de perfiles de la Administración que ya no son necesarios, sobre todo en tareas auxiliares. Por otro lado, entre los altos funcionarios hay cuerpos que van a perder toda la experiencia de manera muy abrupta y sin reemplazos a la vista. También deberíamos plantearnos si conviene reformar el proceso de oposiciones, un sistema muy objetivo y justo, que mide mucho el conocimiento y poco otras competencias”.